Sin lugar a dudas, el año 2022 vendrá marcado para muchos israelíes por la muerte de este gigante de la literatura que se despide de nosotros tras una vida llena de logros. Abraham “Buli” Gabriel Yehoshua fue un autor muy influyente, ganador del Premio Israel entre muchos otros galardones y reconocido sionista. Este mes de junio, el natural de Jerusalén terminó su última batalla contra el cáncer falleciendo en un centro médico de Tel Aviv.
Fue escritor de novelas, ensayos, fue dramaturgo, profesor, judío y un intelectual muy activo en cuanto a la situación de su país. En 1995 recibió el máximo reconocimiento cultural de su país de origen, el Premio Israel, además de muchos otros como el Premio Bialik o el Premio Nacional del Libro Judío. Es un hecho que su país lo amaba, muchos le catalogaban como uno de los más grandes intelectos de Israel de todas las generaciones y sus obras (traducidas a más de 28 idiomas) seguirán presentes entre nosotros durante generaciones. Estos trabajos estuvieron inspirados en gran medida por los tesoros israelís, perfectamente reflejados con mano maestra, en muchas ocasiones de forma positiva y hermosa, y en muchas otras de forma dolorosa.
Una postura ideológica cuestionable
La muerte de A.B. Yehoshua ha hecho mella en el panorama literario internacional, pero sobre todo en el Estado de Israel y en el mundo judío. No obstante, el ínclito escritor tuvo sus rifirrafes con el público después de ciertos comentarios algo radicales sobre los judíos de la diáspora. Las críticas cayeron después de que expresara que todos los judíos que viven fuera del Estado de Israel son “judíos parciales”.
Según las propias palabras de Yehoshua, en un futuro, cuando se establezcan pequeños puestos en el espacio exterior, habrá judíos dispersados por el universo orientando electrónicamente sus sinagogas espaciales hacia Jerusalén. De hecho, más tarde volvió a abordar el mismo polémico tema con dos ficciones llamadas HaBat HaYehida, “La Única Hija”, y HaMikdash HaShlishi, “El Tercer Templo”. Ambas obras tratan sobre familias europeas que son medio cristianas y medio judías.
Ambas publicaciones fueron las últimas y “El Tercer Templo” tiene más bien el formato de una obra de teatro. La historia narra la historia de una muchacha, hija de un converso, que quiere convencer al rabino local para que declare en contra de su anterior rabino de Francia. Como pasa a menudo con muchos genios de la literatura, tenía unas ideas fuertes y le gustaba transmitir un aura provocadora y a la vez sarcástica, pero siempre fue muy querido tanto por la comunidad judía como por el Estado de Israel. Al fin y al cabo, fue un activista con una conciencia moral muy arraigada en su personalidad.
La obra de “Buli”
Algunos personajes públicos han mostrado su dolor al enterarse de la trágica noticia y han señalado efectivamente que la obra de Yehoshua era estructuralmente innovadora y narrativamente tradicional. Sus novelas destacaban por la elocuencia de su narrativa y por la agudeza de cada trama de cada capítulo.
Los personajes creados por “Buli” solían ser imperfectos, pero despertaban la simpatía de los lectores. Un equilibrio de seriedad y humor hábilmente trenzado y la fuerza de argumentos tensos y bien confeccionados dotaban sus libros y hacían que su público apreciase un trabajo bien hecho. En algunas ocasiones podía tener una narrativa compleja y enrevesada, pero como en toda buena historia, el corazón se hallaba en los diálogos. También fue admirador de William Faulkner y trató de emularle en ciertas ocasiones.
Mas de una vez fue sugerido para ganar el premio Nobel, pero no siempre despuntó tanto por su genialidad. Es cierto que llegó a sacar algún suspenso en las notas cuando todavía era joven, pero enseguida reveló su verdadero potencial. Algunas de sus mejores obras fueron capaces de describir perfectamente la realidad de la época en la que fueron escritas:
- “Frente a los bosques”: Este libro fue publicado en 1968, cúspide de la euforia vivida tras la Guerra de los Seis Días. Actualmente es considerada una de las mejores representaciones de la Nakba palestina en la cultura hebrea y recalca el despertar de una generación.
- “El amante”: Se estrenó como novelista con esta maravillosa obra en 1977, logrando plasmar perfectamente el impacto que generó en el Estado de Israel el ascenso político de Likud y el descenso de la izquierda.
- “Divorcio tardío”: Una obra ambientada en Jerusalén, Haifa y Tel-Aviv. Ofrece una visión penetrante, crítica y realista de las complicaciones de los hombres en Israel actualmente, siempre con el sello personal que caracteriza a Buli.
- “Cinco estaciones”: Publicada en 1989 en versión inglesa, llegó a vender cincuenta mil ejemplares en la versión original hebrea, lo que equivale a cualquier “best seller” de Estados Unidos.
- “Mr. Mani”: La versión inglesa de Mr. Mani, una novela que va marcha atrás en el tiempo, incluye una reseña de Ted Solotaroff en The Nation que dice así: “El Premio Nobel se ha dado por menos”. Esta original obra está compuesta por cinco conversaciones unilaterales que obliga a quien lo lee a completar los espacios vacíos y supuso el comienzo de la exploración de Yehoshua de la identidad sefardí en su ficción, algo que trataba de evitar en sus comienzos.
Cabe destacar que las últimas cuatro obras de la lista fueron escritas con una estructura poco ordinaria, dividida por secciones. Como un paquete de novelas compactas, y con el tiempo han destacado como algunos de sus mejores trabajos. En definitiva, es una pena tener que despedirnos de un personaje tan lleno de genialidad como Buli, pero es parte de la vida y con toda seguridad surgirá un nuevo talento israelí que le suceda tarde o temprano.